FLYNN
Harry Wallace es como ningún hombre que haya conocido... y ningún hombre que haya deseado.
Es un alfa, yo soy un omega. Él es un policía, yo soy un panadero. Yin y yang. Opuestos polares. No niego que encendió algo en mí en el momento en que nos conocimos. Que mis instintos me empujan hacia él. Que la fuerza y la seguridad que me ofrece me atrae.
Excepto que no estoy gobernado por mi biología, sino por mi corazón.
Y no me arriesgaré por algo que sé que lamentaré. El matrimonio de mi padre y mi padrastro me enseñó todo lo que necesitaba saber sobre las desventajas de la agresión alfa. E incluso sin eso, Harry y yo somos demasiado diferentes.
Ve peligro acechando en cada esquina. Como si estuviera convencido que el robo que lo trajo a mi vida fue más que un simple robo. Acabo de ver el peligro de dejarme amar por alguien que salta a la línea de fuego todos los días.
Así que nunca podrá saberlo. Qué fácil sería enamorarme de él si solo dijera las palabras correctas. Qué difícil es mantenerse alejado, luchar contra estos sentimientos.
Y sobre el niño que llevo, de nuestra única noche...
HARRY
No sé qué es más frustrante: el deseo incontrolable que tengo de proteger a Flynn a toda costa, o el hecho que no me lo permita.
He pasado toda mi vida encontrando fuerza y propósito en mi propio poder. Dedicándome a proteger a los demás. Pero antes de Flynn, todo eso era abstracto. Con él, es básico. Fisiológico. Saber que está a salvo es tan esencial para mí como respirar.
Y cada vez que me aleja, es como no poder respirar de nuevo.
Si él no me quiere en su vida, en su cama, tendré que aprender a hacer las paces con eso. Pero primero, tengo que saber que él estará bien sin mí.
Y eso significa descubrir quién está detrás de él y por qué.
Y así asegurarme que se arrepentirán.