#1
Sé que el número de personas en las que puedo confiar es limitado.
Eso no es raro para un heredero de la llave de Enclave.
Debería entenderlo. Estar acostumbrado a ello. Esperarlo.
Pero, de alguna manera, me sigue sorprendiendo cuando descubro que he dedicado mi vida a una mentira.
¿Hasta qué punto está enterrada la prueba de nuestros pecados? No estoy seguro.
Sólo que, a medida que pasa el tiempo, me preocupa no distinguir la realidad de la ficción.
Es por eso que estoy tomando mi lugar dentro de nuestra hermandad.
No por obligación, sino como tapadera para conseguir lo que necesito desesperadamente.
La verdad.
¿Lo único que se interpone en mi camino?
Un imbécil de dos metros en Armani con ojos de zafiro y un corazón de hielo y piedra.
Me desprecia sólo por sus principios.
Es una distracción que anhelo pero que no puedo permitirme.
Sin embargo, dudo que el odio que siente sea realmente por mí.
Lo que hace que quiera derretir más su comportamiento frío e insensible.
Y cuando vislumbro debajo de la superficie,
descubro que no soy el único que busca respuestas a preguntas no formuladas.
O guardando secretos.
